PENSANERVIOS DE UN MONO AULLADOR (AL BORDE, 2012)

19072012


Mis aspiraciones son muy de andar por casa, compañero - me decía, mientras apuraba el paso. Hacía frío y llegábamos tarde. Por ejemplo, a mí me gustaría llegar a ese día en que, sintiendo el pleno total de Aceptación, agarrase a esa mujer del vagón y me la cogiese allí mismo, consiguiendo uno de esos acoplamientos que, por su verdad, dejan el recipiente lleno tirado a un lado como una cáscara de muñeca complacida, y al respetable aplaudiendo y lanzando bravos al artista - antes de llegar a la oficina del paro, aquel personajillo andrajoso y desdentando, cetrino en su máscara morocho-amazónica, que apestaba a cerveza mañanera, ya se había convertido en mi amante. Se hizo larga la tarde. Hacía mucho calor. Una mujer acabó llorando al otro lado del teléfono. Otro teléfono se quedó en un retrete a dos paradas de tren de mi casa. Después vinieron dos días continuados de escuchar Berlín de Lou Reed en auriculares, sudor y párpados pesados. Han pasado nueve días y acabo de vomitar antes de sentarme a escribir esto. Ahora me estoy riendo y todo me huele a aliento de cerveza mañanera.